29 jul 2010

Plantas de Poder - Coca

LA HOJA DE COCA

Al llegar a Cusco nos llamó poderosamente la atención el continúo consumo de hojas de coca por parte de los campesinos.
Pronto comprendimos. ...Nos encontramos a 3. 350 msnm y los campesinos trabajan con bueyes. Cuando probé a arar con los bueyes e inicié con la coca lo entendí enseguida. Mucho más cuando con Pascal, un amigo francés que vino a visitarnos, subimos el Apu Picol (4.500 m).
Sin la coca ese día no hubiera llegado a la cumbre. Exhausto, a 2/3 de la subida, tomé la coca y enseguida noté renovada energía y pude "salvar mi dignidad".

En este momento llevamos, con la coca, unos 5 años pijjchando, casi a diario, como un hábito plenamente asumido y hemos notado siempre buenos "latigazos" de energía, sin la irritabilidad que podría dar un exceso de cafeína, por ejemplo. Claro que la llifta solo la mezclamos ocasionalmente y siempre por las mañanas. (es ceniza alcalina, susceptible de irritar las mucosas si entra en contacto directo con ellas y al facilitar la extracción de alcaloides podría generar demasiado estímulo hormonal y enzimático y dificultar el sueño).
Lo malo de la coca es que es socialmente incorrecto en la cultura occidental. Es poco elegante, un tanto basto... Hay que reconocerlo. (Gabi dice que parezco una cabra...¡¡ he,he !!)
Desde el angulo de lo orgánico y fisiológico no parece tener ningún problema, todo lo contrario, siempre y cuando se haga suficiente ejercicio físico y se coma con moderación. Por cierto la coca ayuda a mantener buenos hábitos nutricionales ya que elimina, en parte, la sensación de hambre.

¡¡ Personalmente me siento de maravilla.!!.

A mis 64 años puedo correr tranquilamente más de 10 Km. y caminar más de tres días seguidos.
Muchas veces lo he hecho. Desde las alturas de Vilcabamba a la selva del Apurimac.


Sobre la coca como Planta Tradicional y Ritual.

Tanto en Bolivia como en Perú y el norte de Argentina se ha mantenido, afortunadamente, la costumbre, entre la gente del campo, sobre todo entre los indígenas andinos, quechuas y aymaras, de "acullicar" (Bolivia), "pijjchar" o "chacchar" (Perú), es decir consumir la hoja de coca, manteniendola en la boca hasta que su jugo es absorbido por completo. Casi siempre se acompaña de una pequeña dosis de ceniza de quinoa, kiwicha o cocoa (llifta, cal, "lejía"), para extraerle parte de los 14 alcaloides que contiene consiguiendo así un mayor potencial energético, que facilita enormemente la capacidad de esfuerzo y resistencia física.

Contra la creencia de muchos la coca, en cuanto a hoja, no es una droga ni crea una dependencia fisiológica, indudablemente es un hábito cultural y costumbrista en sus zonas de influencia.

A cambio lo que dá es bien importante.
En el plano humanista, en la sierra, la coca es sumamente socializante. Cualquier encuentro con campesinos indígenas andinos (muchas veces en estado de "euforia alcohólica") se suaviza y abre vías a la fraternidad y complicidad si te ven chachar y les ofreces tu coca. Inludiblemente ellos te van a ofrecer su chicha o cañazo (alchol de caña), del cual debes beber, aportando su dosis a la Pachamama (madre tierra). Es muy valorado y acogido cariñosamente el que un "gringo" valore su planta y hábitos rituales.
En nuestra experiencia teniendo la precaución de tomar nada más que un trago ha sido un pasaporte y una rápida manera de romper rigideces, desconfianzas y eventuales tiranteces. De socializar de la mejor manera.

En el plano ritual es esencial ya que sus ofrendas a los "apus" - montañas sagradas tienen como componente esencial el "quintu" - tres hojas de coca, de las más grandes y sanas, que se ofrecen, a veces expresando un deseo, a través del hálito ritual en las direcciones principales y a los espíritus protectores de las montañas - los Apus

También se usa en las "mesas" - rituales mágicos, para bendición, invocación o curación, junto con otros muchos ingredientes. Asimismo es usada por los sacerdotes andinos, chamanes o curanderos como oráculo para vaticinar o predecir situaciones y/o eventos.
En suma la hoja de coca es parte esencial de la cultura tradicional, demonizada erroneamente por la DEA americana y (como consecuencia) por occidente. - "Ni la uva es vino, ni la cebada es cerveza ni la coca es cocaina."

En los últimos 10 años hay, en Perú, un movimiento intelectual y científico reivindicando los extraordinarios valores de esta planta en sus usos tradicionales y como un nutriente, complemento alimentario, de singulares y poderosas características.
En Bolivia hace años que se preparan panes, galletas, bebidas, filtrantes y hasta pasta de dientes con harina de coca. En Perú también se está iniciando, con más dificultades, legales, este impulso de industrialización y consumo alimentario.

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